viernes, 14 de septiembre de 2012

Joy and Sorrow

Solía confundirme con su aroma,
tenía una foto suya en el escritorio,
guardaba un mechón de su cabello
en una cajita naranja, sobre mi cómoda.

Hacía poemas con su rostro,
en las nubes le construía castillos,
en el océano esparcia petalos de rosa
para dibujar su nombre,
sobre su sombra la recordaba,
la lloraba mil y una veces.

Cada vez que aparecía mi corazón se aceleraba.
Y me volvia a sentir como aquel pequeñísimo ser
de 14 años, confundido, esperanzado.

Con el tiempo vinieron otras a tomar su lugar,
también dignas de prosa y alabanza en un principio.
Luego todas merecedoras de arder en el infierno.

Fue especial por ser la primera.
Le jure mi amor eterno en tantas obras...
ahora que esta durmiendo sobre mi hombro
mi mente esta en blanco, mi pulso casi apagado.

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