miércoles, 23 de octubre de 2013

No tengo ideas de lo que me gustaria estar haciendo con mi vida. O con mi tiempo próximo, por lo menos. Pero es recurrente la sensación de disconformidad, ese sentimiento, esa vocecita que retumba en tu subconciente diciendote que estas perdiendo tu tiempo. Estas mal enfocado. No puedes hacer las cosas bien, no eres lo suficiente, ni siquiera lo intentes, ni lo sueñes, no, no puedes. Esa vocecita que te mantiene distraido por horas, que te quita el sueño por las noches, que insiste en cerrarte los ojos por las mañanas diez, quince, veinte minutos más de la hora adecuada. ¿Saben como es eso? Sentir que cada día empiezas con un poco menos de ánimo y energía que el anterior. Ya ni siquiera te gusta tanto lo que solía gustarte, la rutina se vuelve cada vez más tediosa.

Al final, entre medio del silencio, empiezan a resurgir muchas cosas. Empieza a revivir el miedo. Cada idea vaga que tienes te puede terminar obsesionando por dias, semanas, y de alguna forma empiezas a volverte paranóico. Las ideas se intensifican. El miedo se intensifica. Miedo a todo. A salir, a hacer algo, a quedarse sin hacer nada. A lo que tienes, a lo que quieres, a lo que no tienes, da lo mismo, pero todo se vincula siempre a lo mismo y empiezas a escuchar el tic tac de un reloj, lenta y dolorosamente. Porque es verdad, cada momento te quita el tiempo, tiempo que no volverá, tiempo que pasa y te deja cada vez más atrás, más lejos, te separa de todo. Al final la simple idea de estar desperdiciando tu tiempo es suficiente. Da lo mismo las malas desiciones que tomes, los malos caminos, los malos momentos que puedas pasar, ninguno es un desperdicio tan grande como no estar haciendo nada en lo absoluto, mas que sentir como se va tu tiempo. Como se agota tu vida y se escurre entre tus dedos. Ultimamente pienso en eso mas que nada.

Me gustaria retomar ciertas cosas pero no puedo, estoy demasiado ocupado sintiendome miserable conmigo mismo, aún cuando intento hacer algo siento que no puedo y ando así, a media marcha, con miedo, miedo de no rendir y miedo de lo que pasa si no hago nada, miedo de que llegue un momento donde simplemente no me importe y no haga nada. Creo que soy malo afrontando las cosas.

Siento miedo de mis ideas. Tengo miedo de lo que pueda pasar. No quiero volver a estar solo.