lunes, 6 de agosto de 2012

Incondicional

Siempre que escucho Procol Harum me acuerdo de el. Me pasa lo mismo con los Beatles. Entonces se me vienen encima esas tardes de ocio en las que el viento cruzaba entre los arboles tocando su musica, en los ratos de leer el diario, de ver una pelicula. Recuerdo todas esas conversaciones, todos esos temas tan variados, porque con el puedo conversar de todo. A veces pasaban horas. Sin embargo otras veces no teniamos tema de conversacion, pero no importaba, aun asi el silencio no era tan rutinario, y los espacios se llenaban con una cerveza o amistoso juego de dados. En sus silencios aprendi las verdades de una vida llena de amarguras, de las arrugas en su envejeciente rostro aprendi que lo ultimo que hay que perder es la sonrisa, y cuando la tristeza te invade lo mas sabio que puedes hacer es echarte a cantar. Aprendi que no importa la edad para hacer algo que te guste. Con sus historias adapte su amor por el deporte, por la musica, por la literatura, esa emocion que se siente a traves de su aliento me incentivo a buscar pasiones propias. Me enseño que un tango esta para alegrarte el alma o para hacerte mas soportable el dolor.

Con solo llamarlo me doy cuenta que en ese hombre de ojos profundos y robusta sonrisa siempre encuentro lo que me hace falta. No importa cuantas derrotas le cuente, cuanto quiera largarme a llorar a veces, el me apoya, esta ahi para escucharme, para intentar entenderme. En sus abrazos siempre voy a encontrar ese amor y apoyo incondicional que tanto se me escapa. Por eso, cuando lo voy a ver, generalmente intento extender la despedida. Hoy dia no pude hacerlo. De un momento a otro me despedi, di la vuelta, y mientras caminaba hacia el metro, le compre unos pañuelos a una señora que estaba vendiendo.

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