sábado, 30 de julio de 2011

Independencia - Parte I

Conosco bien esos "No pasa nada", "Todo esta bien", "Estoy bien"... Que creen, yo invente muchos de esos. Ni yo mismo me los creia en ese entonces, bajo la fragil mascara se puede ocultar una mueca de dolor pero las lagrimas siempre caen, el dolor resplandece por sobre nuestras cabezas. Y si bien ahora cada dia intento exteriorizar gran parte de mi mismo, a veces cuesta, muchisimo, mas aun sabiendo que no es la mirada calmada la que predomina en mi conciencia, es un demonio el que quema mi alma, golpea sus cadenas esperando salir. Pero hasta un demonio siente amargura, desazon, descontento. Como ese descontento de querer decir tantas cosas para solo terminar diciendo verdades a medias, bromas, juegos, nada serio en verdad. Ese descontento de no poder ser uno mismo con ese alguien, todo gracias al miedo que nos infunde recibir una respuesta poco adecuada, ese miedo infinito a que esa persona se aparte de nuestra vida en el momento en que se hacen humo esos "te amo" que parecen inquebrantables. Cada cosa que ocultamos, cada deseo que privamos de ver la luz, es una parte de nosotros, muriendose. Es una agonia, una sensacion de ahogo cada dia mas fuerte, la tremenda desesperacion de no tener a nadie util a quien poder contarle esas cosas, por alguna extraña razon nadie parece confiable, nadie parece adecuado, y mientras mas diga esa persona que se preocupa por nosotros, mas tendemos a desconfiar de sus palabras, mas secretos le ocultamos. Cada vez que nos aislamos de esos que decimos que amamos vamos perdiendo parte de nosotros mismos. "Morir es solo aislarse un poco mas"

Y ante el miedo a aislarse completamente, no queda mucho mas. Debe ser dificil, por ejemplo, tener que enfrentar esa soledad cuando te das cuenta que durante toda tu vida jamas has estado solo, siempre tienes a alguien que te acompaña por ese largo y sinuoso camino, alguien que esta ahi esperando para atraparte o bien, alguien que te recoge cuando te caes y te ayuda a limpiar tus heridas. Mi madre alguna vez me dijo algo que jamas podre quitarme de encima: "La vida se vive solo. Nadie mas vive tu vida mas que tu. Por eso debemos aprender a valernos por nosotros mismos, a no depender de nadie. Si no hay nadie, todo bien. Si hay alguien, mejor aun. Pero no se puede obtener de los demas algo que deberia venir de nosotros mismos". Tal vez ella lo dijo en el momento inoportuno, justo cuando mas deseos tenia de saber que existia alguien en este mundo capaz de tomarme, protegerme, respaldarme, algo asi como lo que debia ser ella, pero si lo explicaba en tal momento era obvio que no tenia ni la mas minima intencion de utilizar su rol de madre de aquella forma. Fue en una epoca en la que no me podia querer a mi mismo porque pensaba que a nadie le importaba, no tenia intenciones de hacer nada, estaba tremendamente desmotivado, desorientado, aburrido, falto de afecto, pasaba nervioso e intranquilo, inseguro, nada parecia salir bien... Cada dia que pasaba el recuerdo de su voz, sus besos imborrables, su tragica dulzura y amarga belleza que habian corroido las mismas bases de mi debil autoestima, seguian marcandose y carcomiendo hasta lo ultimo que quedaba de confianza, de harmonia. Estaba cada dia mas desesperado. Pensar en el suicidio era facil. Terminar con todo hubiera sido comicamente sencillo si asi lo hubiera querido, pero no, hasta era inseguro en eso. Por lo que lo unico que me quedaba era intentar vivir con reglas estrictas, padres ausentes, hermanos desinteresados de mi presencia... Escasos amigos, a los que podia catalogar de cualquier cosa menos "buenos". Pasando desapercibido tuve que aprender a la fuerza lo que es estar realmente solo. A dormir mal y no tener a quien contarle, a desvelarme noches enteras de semanas completas, mirando por la ventana, añorando, deseando algo mejor, algo unico, algo valioso... Olvidando de poco a poco como se sentia el calor de un abrazo, la emocion de un beso. Me fui perdiendo. En la soledad fui enloqueciendo. Cada dia mas esa miseria me atormentaba, pasaba horas y horas sin pronunciar una palabra, sin mover un musculo. Sin sentir nada. Hasta que, subitamente, ese aire denso que me ahogaba ahora era valioso: ya no podia vivir sin el. Me habia acostumbrado a estar solo.

Asi como no habia tenido palabra sobre el que la gente no supiera que existia, quise hacer algo al respecto y por lo menos tomar la proxima desicion por mi mismo y, habia decidido alejarme de todo. Estaba manejando muy bien el dejar de sentir, tan solo mas adelante se escapo de mis manos, y me refugiaba en mi mente porque no tenia otra alternativa, no tenia otro proposito mas que el de entender el mundo a mi manera, ver como se construia esa realidad que me habia enajenado. Era entonces algo asi como un cientifico, un investigador, observando el comportamiento de aquellos, observando. Viendo sus contradicciones, observando, viendo sus fallas, observando, observando. Sabia sobre sus falaceas, sus traiciones, sus hipocresias, lo sabia y lo sabia muy bien, creo que en ese tiempo no obtuve nada en lo sentimental pero si obtuve muchisimo en el plano intelectual. Entonces, lo sentimental se hizo terrible, porque cada vez que topaba con algo de esas caracteristicas no sabia que hacer. Cada vez habia mas gente que me pedia consejos, o ayudas o que se yo, cada vez que acudian me miraban expectantes, esperando una respuesta y no habia nada. Nada. Ni una palabra que apaciguara sus corazones, que calmara sus dudas. Es que, ¿Como da calma alguien que no puede calmarse a si mismo? ¿Sabe acaso lo que es la calma? Lo mismo tambien se aplica a muchas otras cosas, muchas emociones. ¿Sabe alguien lo que es estar lastimado si no conoce el dolor? ¿Conoce el sabor de una lagrima, el calor de una risa? ¿Puede alguien amar si no sabe amarse? ¿Como sabe si esta amando o tan solo es rutina, como sabe si tiene valor? Eso siempre me complico, porque podia saber muchas cosas pero, ¿Cuanto me faltaba en el plano emocional? Cada vez que miraba a alguien y lo miraba expresarse, contraer sus parpados al reirse, apretar la mandibula al enojarse... me daba asco. Me daba una envidia terrible. Volvia entonces a sentirme vacio. Tuve que depender del alcohol para intentar rellenar ese vacio.

Y en mi miseria la recordaba a ella, ¡A ella! ¡A esa maldita! ... A ella que "amaba", a esa mujer hermosa y sublime que por mi culpa se habia escapado. Despues recordaba a mi familia, pensando en como se iban perdiendo y me dejaban solo, como me hacian sentir, y que no tenia a nadie, ni mi familia me queria ver, ni amigos tenia... Me sumergia entonces en otros medios para perderme, para desaparecer de mi mismo, porque eso era lo que queria, ¡Desaparecer! ¡Dejar de existir! Gritando, idiota, ebrio y desesperado: "¡Por que chucha no me muero!". Paso todo a un mismo punto. Y esa noche, al lado de las vias de un viejo tren, el cuerpo de un quinceañero no pudo mas. Despues de volver a considerar el suicidio decidio dejar de intentarlo: No debia hacerlo. Si iba a pasar, pasaria. Por lo tanto si quisiera prestarle ayuda a la parka, debia ser una ayuda sutil, casi accidental. Por lo que decidi emborracharme, acostarme sobre la via y esperar al ultimo tren. Cerre los ojos, tan cansado como ahora, y todo se volvio oscuro...

0 comentarios: