lunes, 7 de enero de 2013

Joaquin

Pensaba en como todo cambia de forma con un solo suceso. Pensaba en la fragilidad de las cosas mientras viajaba en la micro. Con el sueño y el cuello doblado, miraba al vacio dentro de la ventana, pues no miraba el paisaje, más bien me absorbía cada vez más el recuerdo. Pensaba en como los almuerzos de fin de semana no serán los mismos. En ya no ver tu auto entrando por la reja, en que las plantas del patio se van a secar. En como la moto que tanto quisiste ahora yace ahí, olvidada, como caballo sin jinete, sin saber donde ir. En como los perros perderán su amo, su dueño, su padre. En como dentro de las verdes alamedas de Peñaflor tu voz irá haciendo eco hasta fundirse con el murmullo de las hojas. En como todo se apaga. Si mirate, antes tan alegre, imponente y jovial, ahora te ves tan pequeño, durmiendo placidamente. Y que nos queda a nosotros sino valorar tu recuerdo, pensar en como la infinidad del tiempo se nos hace más grande, contamos con cada lágrima enjugada para pasar esa pena tan grande.

Descanza en paz, compadre, ya no hay sufrimiento a donde vas...

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