Recuerdo tomarte de la cintura
Mientras endulzaba tu oido,
En los verdes pastos,
Tomados de la mano por Lastarria,
En las calles de la vieja ciudad descuidada.
Tu nombre sabía a pecado en mis labios
Y eso era lo que más me gustaba.
Me moría de miedo
Pero lo seguíamos haciendo.
En el papel quedaron muchas cosas,
Sabía más dulce la teoría que la práctica.
La fantasía era combustible suficiente
Para impulsar mi talento hasta los cielos.
La promesa de un beso,
De un encuentro casual,
De hacer el amor y extinguir el misterio
Consumiendo el oxigeno del tiraje
Con cada jadeo y gemido que pudiera sacarte.
Ya ni recuerdo por qué decidimos dejarlo,
Sera que los ideales jovenes mueren pronto.
Aún pienso que tal hubiera sido explorar
Ese camino sinuoso
Que se escondía entre tus sabanas.
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