lunes, 20 de abril de 2015

Quizas sea el cansancio acumulado.

Igual llevo varias horas despierto. 20 para ser exactos. Y no he dormido mucho en los ultimos dias, tengo la mala costumbre de levantarme temprano. Esta semana me he quedado dormido aprox a las 3, y luego de un rato de profundo sueño, me voy despertando sistematicamente. Primero a las 6 o 7, despues a las 8, a las 9, asi aprox hasta las 11. Siempre mirando el reloj y pensando en cuanto rato me queda para dormir. En cuanto rato me va a quedar para arreglarme, comer algo quizas, salir a la pega. Y siempre esta ese puto sueño flash sobre alguna huea que quedó pendiente de la pega. Algo que pasó. No puedo decir que me guste. Es mas, me aterra un poco pensar que me esta pasando eso. Me siento ahogado con la idea de no poder despegarme del trabajo, y bien ahora que lo pienso, desde que asumí en el cargo no he podido pensar en otra cosa. O sea, paso mas tiempo allá que en cualquier otra parte. Aún más que en la calle y mi propia casa combinados.

Si tuviera decir algo, creo que diria que soy trabajólico. Pero no es tan así. Mas bien no es una adicción al trabajo, porque hoy por hoy tengo cada vez menos ganas de ir, de llegar allá, más bien es la sensación que tengo respecto a lo que hago. El problema radica en que cuando empiezo algo me gusta terminarlo. Y no solo eso. Me gusta hacer las cosas bien. Me gusta ser el mejor. Quizas tomo un orgullo enorme por lo que hago, quizas simplemente me encanta saber que mi tiempo esta por fin valiendo la pena. Tal vez será porque me gusta ver las caras y las palabras amables de los clientes felices, de alguna forma eso me hace sentir validado y mejor conmigo mismo. "Yo produzco eso", pienso, mientras intento sonreir lo mas que pueda para saludar al siguiente. Y cuando estoy tratando de esbozar una sonrisa, doy cuenta que es poca la energía que me queda para realizar tal acción. Entonces doy cuenta que me pesa el rostro. Me pesan las ojeras. Me pesa el cuerpo, me duele la espalda. Me pesa el estar despierto. Me pesa el pecho apretado, la falta de aliento, las ganas de dejar todo botado y salir corriendo. "Quizas sea el cansancio. Debiera descansar un rato.", me digo. Al final nunca lo hago.


Y hay algo extraño en esa sensación. Por un lado, al terminar un día promedio, siento una extraña y gratificante sensación de logro, de poder, de orgullo al poder decir "hoy dia puedo sentirme satisfecho por todo lo que hice". Por otro lado esta una sensación de vacío. Un lado malicioso de mi conciencia que despierta de cuando en cuando, ladrando palabras necias, frases tóxicas. No puedo plasmar bien lo que dice. Pero si como se siente. Es como si toda la energía de cada momento feliz que he tenido se apagara. Rowling lo plasmó bien en sus libros. Simplemente veo como todo se apaga, como siento desesperanza, tristeza hasta el punto de empañarme los ojos. Rabia. Impotencia.

Se me viene todo muy encima.

Empiezo a pensar en lo que no tengo y la sola caminata de vuelta al hogar me lo va confirmando. "Para que quiero llegar si no hay nadie esperándome?". "Y a quién le importa algo de lo que haya hecho hoy?". "Alguien siquiera se preocupa suficiente como para saber de mi?". "Y a mi quien me busca de verdad?". Siento frío. "No quiero llorar, no quiero llorar", repito, me rodeo con mis brazos. Que frío se siente. Ni siquiera tener a alguien a quien abrazar. Otra vez se me apreta el pecho, se me corta la respiración. Estoy cansado y muerto de frío. "Y a ti quien te va a amar" escucho, "Mira como te rechazan, te rechazan porque nadie te quiere". Acelero el paso solo para agarrar calor. El mismo sentimiento me hace buscar la casa, abrir las puertas, subir rapidamente y refugiarme en mi pieza. Me hace quedarme aqui, hora tras hora sentado, buscando algo que hacer porque subitamente todo el cansancio se extinguió. Me hace buscar escribir para quitarme esto de encima. Pero es un ciclo. Y quizas sea el cansancio pero ya no veo mucho sentido en seguir con esto. El mismo sentimiento me quitará tiempo en la mañana y llegare otra vez tarde al trabajo. Vivo con el miedo de saber si algun dia su capricho dira que es suficiente. Que cierre la puerta y no tenga la fuerza para abrirla.

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