martes, 30 de diciembre de 2014
Estoy harto de sentirme miserable constantemente y tener que guardar silencio porque, aunque diga algo, se que nadie me va a tomar en serio o le va a importar. Estoy harto de sentirme insatisfecho por no lograr nada, estoy harto de sentirme solo porque tal parece que nadie se acuerda que existo si no le hablo yo primero. Estoy harto de tener que ser fuerte. Y la presión de tener que serlo igual, de tener que rendir, de ser productivo al 100% todos los dias, me esta matando de a poco. Estoy harto de tener que seguir de pie, yo también merezco descansar. Yo también merezco derrumbarme a veces. Yo también merezco ser escuchado, ser contenido, yo tambien merezco ser débil, poder desahogarme. Quisiera llorar pero siento una apatía tremenda. No es nada nuevo.
sábado, 27 de diciembre de 2014
2015 es el año en el que dejo de preocuparme por gente a la que le
importo un carajo, el año en que me preocupo por mi, en el que me cuido y
dejo de sacrificarme en vano por weas que no lo merecen. Y en el que
hago mi mejor esfuerzo por hacer cosas por mi beneficio, mi desarrollo
personal y mi propio bienestar.
domingo, 21 de diciembre de 2014
Qué vacía se ve la vida. Qué aburrido estar así. Qué bodrio inmenso ir cambiando canales en la tele, que ajeno se ve el bulevár con la luz del verano, qué desdicha ver tanta mujer hermosa vacia por dentro. Qué molesto comer basura con sabor a nada. Qué aburrido viajar a ver ese concierto que tanto querias, qué insípido el sabor de un buen vino, qué empalagoso el dulce del licor, qué frío el ritmo apasionado del sexo. Qué secos mis ojos que hoy despiertan, viendo un amanecer opaco y lánguido, qué fatiga da despertar... y qué remedio hay en todo, mejor retraso el reloj y sigo durmiendo.
martes, 16 de diciembre de 2014
Recuerdo tu desdén,
Te evoco sin razón,
Te escucho sin que estés.
"Lo nuestro terminó",
Dijiste en un adiós
De azúcar y de hiel...
Lo mismo que el café,
¡Que el amor, que el olvido!
Que el vértigo final
De un rencor sin porqué...
Y allí, con tu impiedad,
Me vi morir de pie,
Medí tu vanidad,
Y entonces comprendí mi soledad
sin para qué,
Llovía y te ofrecí, el último café...
¡Que el amor, que el olvido!
Que el vértigo final
De un rencor sin porqué...
Y allí, con tu impiedad,
Me vi morir de pie,
Medí tu vanidad,
Y entonces comprendí mi soledad
sin para qué,
Llovía y te ofrecí, el último café...
miércoles, 3 de diciembre de 2014
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